Un anciano trotamundos y contador de historias, llamado Amiel Solar, recorre los pueblos durante el verano con su pequeño circo de palomas. Por las noches, ofrece, de viva voz, apasionantes veladas de cuentos y narraciones a quienes acuden a oírle en los jardines o a la entrada de los bosques.
Lo más sorprendente del caso es que nunca nadie había oído ni leído ni conocido de algún modo los cuentos que narra Amiel Solar. Siempre resultan nuevos y desconocidos para todos los que los escuchan. Y lo más extraordinario es que, además, no consta que, una vez contados, los haya vuelto a repetir ni una sola vez, en otro lugar.
La gente cree que Amiel, a pesar de su edad, tiene una memoria prodigiosa, y guarda en ella un inmenso repertorio de cuentos y relatos que aún está lejos de haberse agotado. Por eso no repite jamás sus historias.
Pero la verdad, que nadie sospecha, es muy distinta. Iria Castro, su más fascinada oyente, será quien abra el camino por el que su secreto y las fuentes de su magia saldrán por fin a la luz.
JOAN MANUEL GISBERT, el autor
Ha obtenido diversos premios, entre los que destacan el Edebé (por La voz de madrugada en 1995), el Gran Angular (por La noche del eclipse, 1990), el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil (por El museo de los sueños, 1984) y el Barco de Vapor en dos ocasiones. El misterio de la isla de Tókland fue ganadora del premio Lazarillo y figuró en la Lista de Honor del Premio Hans Christian Andersen el año de su publicación (1982).
No hay comentarios:
Publicar un comentario